Tras unas cuantas copas, algunos hasta bailarán, cantarán y abrazarán a sus seres queridos, tal y como lo harían la princesa Poppy, Branch y el resto de los trolls (aprovecho para recomendarte la película si aún no la has visto). Otros, hasta llorarán de alegría por haber dejado atrás un mal año y sonreirán con la esperanza de que el 2017 sea diferente.
A decir verdad, nadie puede garantizarnos que los 365 días que acontecen serán mejor que los anteriores. El único seguro que podemos tener es el que nosotros mismos nos proporcionemos. ¿Cómo? Siendo felices, luchando por nuestros sueños y dando las gracias por todo aquello que nos hace sentir afortunados.
Yo hoy me siento afortunada por formar parte de este proyecto y no podría estar más agradecida por el apoyo incondicional de todos los que lo habéis hecho posible. Como Andrew Amante, el codirector y pilar fundamental de esta página (literal y figuradamente, ya que él se encarga del desarrollo web); Mónica Huélamo, nuestra primera y brillante redactora y, por último, Laura de la Cruz, una prometedora periodista que hace poco se convirtió en el miembro más reciente del equipo.
¿Ya me dices adiós? ¿Pensabas que me había olvidado de ti, lector? Claro que no. Gracias a ti, que estás ahí conversando en silencio, por paradójico que suene, cada vez que lees un artículo como este, pues sin ti el periodismo no tendría una verdadera razón de ser.
Y sin más dilación...
¡Feliz año nuevo! :)