Cuando uno ve el tráiler de la última película de Tim Burton, se siente poseído por un sinfín de emociones. De todas ellas, destacan dos; una imparable atracción hacía la preciosa Eva Green en el papel de Miss Peregrine y su colorido universo steampunk y, por otro lado, una triste pero justificada decepción.
Como la cuestión de la atracción se explica por sí sola, vayamos con la parte más cruda y contundente de mi afirmación. La decepción reside en el parecido más que razonable entre la institución regentada por Miss Peregrine, 'El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares', y la dirigida por Charles Xavier en la saga X-Men, el 'Instituto Xavier para Jóvenes Talentos'. Ambas residencias son lo mismo y hasta la estructura sintáctica de sus nombres es similar.
Lo cierto es que el concepto de "residencia de niños o jóvenes superdotados con un adulto (también superdotado) a la cabeza" es una convención del género fantástico que, desde hace décadas, forma parte de nuestro imaginario colectivo. La Casa de las Ideas y sus mutantes (1963), o el escritor Ransom Riggs con sus niños peculiares (2012) son solo un ejemplo de ello; pero hay muchos más, como la Patrulla Condenada de DC Comics (también de 1963) o los protagonistas de la serie española 'Los protegidos' (2010).
Partiendo de esta premisa, parece que la misión de Burton como director de la adaptación cinematográfica que nos ocupa está muy clara. Su labor es conseguir que la producción se diferencie del resto de argumentos semejantes. Y, en mi opinión, lo consigue.
Finalmente, la trama no resulta tan idéntica a la de la Patrulla-X como en el tráiler podría parecer, pues 'El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares' se desmarca haciendo propios recursos de otras historias que poco tienen que ver con los personajes de Marvel, y mucho con la magia y el género fantástico.
Empezando por el protagonista, Jake Portman (Asa Butterfield), una suerte de Harry Potter, y todo lo que le rodea: su particular anden 9 y 3/4 en Gales. un tutor tan astuto como Dumbeldore (Miss Peregrine), y unos singulares dementores que adoptan una forma que recuerda a Jack Skeleton, en un claro guiño a 'Pesadilla Antes de Navidad' (1993).
Por su parte, los guantes negros de Olive Abroholos Elephanta (interpretada por Lauren McCrostie), que ayudan a la adolescente a frenar el fuego de sus manos, son idénticos a los que llevaba el Doctor Flinklenstein en el ya mencionado filme de animación.
Sin embargo, el guiño más evidente lo constituye el personaje de Emma Bloom, encarnada por la actriz Ella Purnell, la nueva musa del director. Se trata de una joven de melena dorada y vestido azul que escapa a las leyes de la gravedad y que recuerda, inevitablemente, a Mia Wasikowska en el papel de Alicia Kingsleigh (Alicia en el País de las Maravillas, 2010).
Probablemente, con el extremo protagonismo de la carismática Emma, Burton quiera dejar claro que ha madurado su universo creativo y que esta cinta supone un nuevo punto de inflexión en su carrera. Parece que por fin ha logrado dejar atrás la estética afilada y puntiaguda de sus primeros trabajos para dar paso a una más dulce que en ningún caso renuncia a su esencia.
Y, obviamente, no puedo acabar esta crítica sin hablar de la extraordinaria Miss Peregrine, quien se nos presenta imponente, fumando en pipa y vestida con patrones propios de los años 40, entallados en el cuerpo y ablusados en las mangas.
Su actitud de suficiencia, unida a un estilismo victoriano (ondas al agua, piel de porcelana, labios nude) que se resuelve con un extraordinario y recurrente reloj de bolsillo que habla más sobre la personalidad de su portadora que sobre el tiempo en si mismo, conforman una mezcla irresistible.
Mi conclusión es que merece la pena ver la película, aunque solo sea por ver el cameo de Tim Burton, disfrutar de la extraordinaria labor de Colleen Atwood (la diseñadora fetiche del estadounidense) y, por supuesto, deleitarse con la magistral actuación de Eva Green.