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Rembrandt intime | La faceta desconocida de un genio

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Si te encuentras estos días en París y te encanta el arte, no puedes perderte ‘Rembrandt intime’ en el museo Jacquemart-André (158 Boulevard Haussmann), una exposición sobre el pintor holandés y su faceta más personal. 

Dividida en ocho secciones, esta muestra repasa la vida de Rembrandt Harmenszoon van Rijn de forma cronológica. Nacido en Leiden en 1606 en el seno de una familia acomodada, sus padres le otorgaron una buena educación e incluso llegó a asistir a la universidad. Sin embargo, la dejó para dedicarse a la pintura. Así pues, la exposición comienza con los cuadros que pintó bajo la influencia de Pieter Lastman, su maestro en Ámsterdam, cuya característica principal es el uso de una gran diversidad de colores para mostrar grupos de personas. 

Con el paso de los años, esta tendencia fue desapareciendo, como se puede observar en las siguientes salas donde, además, se descubren los buenos dibujos que el holandés hacía. Varios estudios de la anatomía humana son un buen ejemplo de ello. 

En sus primeros años, otra persona también influiría en él, sirviéndole de musa: su mujer, Saskia, varias veces retratada. Uno de estos cuadros, el expuesto en esta exposición llamado 'Saskia como Flora', la muestra encinta como diosa de la fertilidad con ropas lujosas, con un fondo oscuro, centrando toda la atención en ella. 

Y es precisamente esta técnica, el claroscuro, consistente en el uso de las sombras y las luces para dotar mayor expresividad al objeto, la que comienza a reflejarse en la etapa adulta y que perdurará hasta el final de su vida. Imágenes como ‘La parábola del hombre rico’, ‘La huida a Egipto’ o ‘Titus leyendo’ son pruebas de ello.

Otra de las salas está compuesta por los mismos dibujos con escenas bíblicas en su mayoría, pero realizados en diferentes años para que el visitante pueda hacer la comparativa y ver el desarrollo de la técnica del pintor.

Finalmente, en la última habitación, dedicada a sus últimos años, sobresalen dos cuadros: ‘Retrato del doctor Arnold Tholinx’, por el logro de la expresión serena y seria del protagonista, y ‘Retrato de Hendrickje Stoffels’, la mujer que fue amante del pintor tras la muerte de Saskia. Destaca por el uso del rojo, color que, según dicen, representa el amor en el arte, y por la sensación de intimidad que transmite la mirada de la nueva musa con su pintor. 

En definitiva, ‘Rembrandt intime’ nos muestra que no solo el artista era un genio en los retratos y los cuadros religiosos, sino que fue un gran dibujante durante toda su carrera artística hasta convertirse en uno de los símbolos del arte del Barroco.

Así que… ¿A qué esperas? Tienes hasta el veintitrés de enero para visitarla.
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