Nuestra forma de vestir es una declaración de intenciones, una vía para gritar a los cuatro vientos quién somos o deseamos ser. A poco observador que uno sea, puede llegar a conocer mucho sobre el prójimo y su forma de vestir.
A eso, precisamente, se dedica la prensa especializada en el sector. En concreto, los periodistas desgranan cada desfile, cada colección, y recalcan las notorias diferencias entre la haute couture (alta costura) y el prêt-à-porter (listo para llevar). Tratan de adivinar quién es cada diseñador y lo posicionan en el mapa de la industria dependiendo de si usan pasamanería o pailletes en sus creaciones.
Los anteriores coexisten con los estilistas, a veces reconvertidos en gurús creadores de imágenes que nos inspiran, se asientan en nuestro subconsciente y nos ayudan a combinar prendas de forma mágica y creativa.
Ambos, periodistas y estilistas, dependen de los editores, quienes a veces gozan de un poder desmesurado al tener la potestad de decidir qué tendencias publicitar o ignorar.
Sin embargo, cuando pensamos en moda, a veces olvidamos su existencia y, automáticamente, pensamos en diseñadores como Karl Lagerfeld o en mitos del modelaje como Naomi Campbell o Claudia Schiffer. Hagamos hoy una excepción y dediquemos este post a conocer los otros rostros de la industria, aquellos que, en cierto modo, marcan las pautas de las próximas temporadas y hacen y deshacen sin que apenas nos demos cuenta.
ANNA WINTOUR
Es la mediática editora jefe de la edición norteamericana de la revista Vogue, la mujer más poderosa de la industria de la moda, según el diario ABC, y una de sus máximas autoridades.
Es conocida por el apodo ‘Nuclear Wintour’ y se dice (aunque no es cierto) que una de sus antiguas asistentes, Lauren Weisberger, escribió la novela 'El diablo viste de Prada' (2003) basándose en su experiencia en la revista.
Wintour es fácilmente reconocible por su look: bob con flequillo sobre los hombros, gafas de sol oscuras incluso en interiores y unas sandalias Manolo Blahnik a medida que nunca se quita; el modelo Callasli, inspirado originalmente en Maria Callas, y el Botti. Ambos han sido rebautizados en su honor con la siglas AW.

Es conocida por el apodo ‘Nuclear Wintour’ y se dice (aunque no es cierto) que una de sus antiguas asistentes, Lauren Weisberger, escribió la novela 'El diablo viste de Prada' (2003) basándose en su experiencia en la revista.
Wintour es fácilmente reconocible por su look: bob con flequillo sobre los hombros, gafas de sol oscuras incluso en interiores y unas sandalias Manolo Blahnik a medida que nunca se quita; el modelo Callasli, inspirado originalmente en Maria Callas, y el Botti. Ambos han sido rebautizados en su honor con la siglas AW.

Es la directora creativa de Vogue USA. Es considerada una de las gurús de la industria y lleva creando imágenes de moda desde hace más de 35 años. Trabaja como estilista para la revista desde 1968 y su función es la elaboración de editoriales de moda. Su historia, tal y cómo explica El País Semanal, es dura y triste:
“La prometedora carrera como modelo de Grace –a la que John Cowan apodó el bacalao en oposición a Jean Shrimpton, la gamba– se vio truncada “justo cuando empezaba a tomar velocidad” por un accidente de tráfico que le cortó de cuajo el párpado izquierdo en 1961. “Por suerte, me encontraron las pestañas”, escribe con sangre fría. Cinco operaciones de cirugía la tuvieron apartada del negocio durante dos años. Cuando volvió, se inventó ese maquillaje espeso y negro alrededor de las cuencas. “A la gente le gustaba, aunque claramente era una forma de camuflaje, para disimular el estropicio”.

SUZY MENKES
También ha sabido hacer de su imagen su buque insignia, asegurando que el tupé es la única manera que tiene para evitar que el flequillo le tape la visión. El negro, el morado y el marrón son sus colores fetiche y siempre necesita de un bolso lo suficientemente grande como para guardar un portátil, una cámara de fotos, un cuaderno y un bolígrafo, según declaró en una entrevista.
Como curiosidad, según cuenta Víctor Núñez Jaime en su blog Periodista en serie, ha sido nombrada Oficial de la Orden del Imperio Britántico y Chevalier de la Legión de Honor en Francia. Además, es judía y no trabaja el 17 de septiembre, día del Yom Kippur.
CATHY HORYN
Aunque en la actualidad no ejerce, merece la pena recordar su trayectoria. Trabajó durante años para el New York Times. Llegó al diario en 1988 y desde entonces se convirtió en un estandarte de la libertad para el periodismo de moda.
Lo cierto es que Horyn ha llegado a enfadar al mismísimo Óscar de la Renta tras calificar la calidad de sus prendas como de “perrito caliente”. Finalmente, dejó su trabajo por razones personales y para acompañar a su pareja, el ya fallecido Art Ortenberg, durante la enfermedad que padecía.
HILARY ALEXANDER
Es una viajera empedernida, ama a los gatos y ha sido nombrada dos veces como “la periodista de moda británica más importante”. Aunque le ha costado 26 años, es la editora de moda del Daily Telegraph.
En mayo de 2001, recibió el título de ‘Profesora Visitante de la Universidad de Artes de Londres’, institución responsable del Central Saints Martins y del London College of Arts.
EUGENIA DE LA TORRIENTE
Esta española nacida en Barcelona, ex redactora jefa de El País Semanal y actual directora de Harper's Bazaar España, es una de las mejores periodistas especializadas a nivel nacional gracias a sus extensos conocimientos en Historia de la Moda.
Suele escribir increíbles análisis, muy detallados y concienzudos, sobre las colecciones y es muy cuidadosa con la difusión de su imagen (apenas hay fotos suyas rondando por la nube). Hace unos meses, publicó 'La elegancia masculina', un manual de estilo para hombres prologado por el diseñador Giorgio Armani.